martes, octubre 24, 2006

Los factores psicológicos influyen en gran medida en que hoy día cada vez más embarazos no llegan a término

FUENTE: NOTICIAS DE GIPUZKOA. 2006 OCT
Resumen

Según los datos del Eustat de 2003, la edad media para tener el primer hijo se sitúa en los 31,9 años, mientras que en 1975 era de 23,8 años. En cuanto a la edad media de dar a luz, al margen del número de hijos, la edad media en 2003 era de 32,6 años y en 1975 era de 28 años. Se puede concluir que las mujeres de ahora y las de hace 30 años daban a luz a una edad media no muy diferente, pero ahora engrosan esa media personas que tienen su primer hijo con 37 o 38 años y entonces había mujeres de esa edad o mayores que también daban a luz, pero era su quinto o su sexto hijo.

Xabier Zupiria (médico y psicólogo de la Escuela de Enfermería de la UPV)) confirma que cada vez hay más parejas en tratamientos de esterilidad y de infertilidad debido a la edad de los padres, que "han retrasado el momento de tener hijos", y a que están "muy estresados con su trabajo", lo que tiene repercusión en el aparato reproductor. Las razones tienen que ver con factores psicológicos.

Según Zupiria el estrés se está utilizando como cajón desastre para explicar muchas cosas que no se demuestran. Pero no se puede obviar los factores psicológicos, como el ritmo de vida que llevas, que conlleva un nivel de activación del organismo y, finalmente, los niveles de estrés producen alteraciones neuroendocrinas. Esto se canaliza a través de unos neurotransmisores que son la adrenalina, la nonadrenalina y el cortisol. En situaciones de estrés crónico, el cuerpo produce cortisol y eso provoca un efecto inmediato de inmunodepresión que afecta al aparato reproductor, que está muy relacionado con las hormonas, tanto en los hombres como en las mujeres.

Afecta más a las mujeres porque acaban teniendo disfunciones habituales con los estrógenos y la progesterona, lo que también se refleja durante el embarazo y el parto.

La angustia por la posibilidad de no poder tener hijos al no encontrarse en la plenitud biológica para ello también es un factor negativo ya que las parejas llegan a una edad superior sin plantearse la paternidad y muchas veces con una presión biológica importante, porque las mujeres pueden pensar: si yo ya tengo 38 años no me queda nada para la menopausia. También está el problema de que, a mayor edad de los padres, más probabilidades de tener un hijo con retraso mental. Todo eso presiona a las parejas y seguro que explica muchos problemas. Incluso, en los casos de reproducción asistida se hace un tratamiento de la ansiedad y la depresión porque da mejores resultados.

jueves, octubre 19, 2006

La esquizofrenia suena mal


Fuente: La Voz de España, Javier Neira, Oviedo

El término, que denomina una enfermedad que sufren 60 millones de personas, es equívoco, estigmatiza a los pacientes e induce a tratamientos sólo con fármacos

El 1 por ciento de la población mundial sufre esquizofrenia, así que 60 millones de personas la padecen. El término, sin embargo, está en cuestión. Psiquiatras de diversas universidades, centros y países consideran que es equívoco, que estigmatiza a los pacientes e incluso que induce a tratamientos sólo farmacológicos. Lo común es ya hablar de esquizofrenias, en plural, porque se trata de un grupo de enfermedades. De todos modos, no es fácil que se produzca un rápido acuerdo sobre un término alternativo. Algunos proponen hablar de síndrome dopaminérgico.

La realidad empieza por las palabras. Sobre todo para la psiquiatría -al menos en algunas escuelas como el psicoanálisis-, que ha hecho curación del lenguaje. Quizá por eso ahora se cuestiona incluso el término esquizofrenia, con el que se designa universalmente la enfermedad mental más extendida. Los críticos dicen, para empezar, que agrupa erróneamente una amplia variedad de síntomas.

Peor aun, opinan que induce a tratamientos centrados en los fármacos frente a las prácticas psicológicas. Por si fuera poco, se considera que, además, tiene una carga estigmatizante que anima a suponer que los enfermos son violentos y peligrosos.

El doctor Miguel Ángel Sabogal, presidente de la Asociación Colombiana de Salud Mental, figura en la vanguardia de la lucha por eliminar de la literatura científica el término esquizofrenia, ya que «la gente le da muchos significados distintos a esa palabra. Y en su mayoría esos significados están asociados con la locura».

La esquizofrenia es un complejo trastorno de la salud mental. Los síntomas son distintos de unos pacientes a otros. En cualquier caso, es común que se presenten delirios, alucinaciones y falsas percepciones de la realidad.

El 1 por ciento de la población desarrollará esquizofrenia en algún momento de su vida, lo que indica que en este momento hay unos 60 millones de personas en el conjunto del planeta que padecen esquizofrenia. Cerca de medio millón en España. Y unos 10.000 en Asturias.

Alternativamente a la palabra esquizofrenia se ha propuesto el término «síndrome dopaminérgico». Como ha señalado recientemente Richard Bentall, profesor de Psicología Clínica Experimental de la Universidad inglesa de Manchester, «hay gente que tiene experiencias angustiosas como escuchar voces o tener temores paranoicos, pero el concepto de esquizofrenia no tiene ningún valor científico, ya que agrupa a toda una serie de diversos problemas bajo una misma etiqueta».

Por eso el psiquiatra colombiano Miguel Ángel Sabogal considera que es necesario «darle un nombre que no dé lugar a diferentes especulaciones, sino que refleje un solo significado real. En sus inicios el trastorno se denominó demencia precoz, asemejando la demencia senil. Después apareció la palabra esquizofrenia, que significa mente dividida, pero hacía más referencia al proceso psicológico que al proceso neurológico. Desde mediados del siglo XX hasta ahora se ha tenido amplia evidencia de que ésta es una enfermedad en la que hay una seria alteración biológica y se aparta mucho del concepto original que se dio al término».

Los psiquiatras consideran que los pacientes deben tratarse según sus síntomas individuales. De lo contrario, se corre el riesgo de ofrecer tratamientos que no acierten en el blanco. De ahí que se propongan nuevos términos.

Sabogal ha propuesto el nombre de síndrome dopaminérgico. Este nombre, indica, refleja con más precisión lo que está sucediendo biológicamente en el cerebro cuando alguien sufre psicosis. Efectivamente, lo que sucede es una alteración en los niveles de dopamina -un compuesto químico- que produce la aparición de los síntomas como alucinaciones y delirios.


lunes, octubre 16, 2006

El trastorno límite de la personalidad podría verse favorecido con el empleo de la psicoterapia centrada en la transferencia, también llamada terapia

El trastorno límite de la personalidad podría verse favorecido con el empleo de la psicoterapia centrada en la transferencia, también llamada terapia Esquema.
FUENTE: ARCHIVES OF GENERAL PSYCHIATRY. 2006 JUN;63(6)

La terapia Esquema empezó a desarrollarse a mediados de los años 80 por el psicólogo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Jeffrey Young. En 1990 se fundó el primer Instituto de Terapia Esquema en Manhattan. Este abordaje consiste en un tratamiento integral, basado en los principios de la terapia cognitivo-conductual y en las técnicas focalizadas en la emoción. Las sesiones se fundamentan en la vida ajena a la terapia del paciente y en las experiencias traumáticas de la infancia que son comunes en este trastorno.

Según se publica en un artículo de la revista “Archives of General Psychiatry”, la terapia Esquema consigue la recuperación en el 50% de los pacientes y mejora significativamente a otros dos tercios. El éxito de este tratamiento se asocia con su duración e intensidad (dos sesiones semanales durante tres años).

En este estudio, investigadores holandeses, coordinados por Arnoud Arntz, de la Universidad de Maastricht, compararon la terapia Esquema con la centrada en la transferencia en 86 pacientes de cuatro centros de salud mental holandeses. A los tres años de tratamiento, el 45% de los que recibieron la terapia Esquema se recuperaron, frente al 24% del otro grupo. Un año más tarde, la recuperación alcanzó al 52 y al 29%, respectivamente.

Para acceder al texto completo es necesario suscribirse en la fuente original: http://archpsyc.ama-assn.org

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Ante todo, darles nuevamente la bienvenida a todos nuestros lectores a su Blog de Teorías de la Personalidad. Por motivos relacionados con ...