sábado, diciembre 26, 2009
MUCHAS FELICIDADES DESDE EL BLOG DE TEORIAS DE LA PERSONALIDAD
Queremos transmitir nuestras más sinceras felicitaciones a todos nuestros lectores que apoyan con sus lecturas y comentarios todos y cada uno de nuestros artículos.
En 2010 procuraremos ofrecer contenidos más actualizados y de repercusión científica de fotrma más periódica, de manera que todo aquel interesado pueda acceder a escritos de relevancia en el área de salud mental y en particular en los referentes a la personalidad y sus variantes psicopatológicas.
Así mismo, pretendemos ofrecerles una serie de artículos propios sobre reflexiones derivadas de la práctica clínica, con discusiones de casos reales y su manejo según las distintas escuelas terapéuticas a cargo de eminentes profesionales.
Deseamos pues que sigamos juntos la andadura psicológica y animamos a nuestros lectores a que sigan participando en nuestro Blog.
¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz Navidad y un gran Año Nuevo a tod@s!!!!!!!!
Rafael Gautier
miércoles, octubre 28, 2009
La empatía en la psicopatía
Hugo Marietan.
“Me duele que no te duela mi dolor”
Psiquiatra. Hospital Borda. Buenos Aires
[10/2/2009] |
El psicópata carece de la vivencia de empatía. Le está vedado comprender al otro. Sí puede “entenderlo”, conocer sus fisuras y, de esa manera manipularlo. El dolor del otro, físico o psíquico, lo entiende, y a veces, haciendo un análisis intelectual del fenómeno. El proceso de cosificación del otro (innato en él), lo aleja más aún de la posibilidad de la empatía: el otro es depreciado como persona, devenido en objeto de uso. En consecuencia, el psicópata usa a las personas como materia prima (cosas) para lograr sus objetivos. El psicópata avanza hacía su objetivo impulsado por sus necesidades especiales (lograr el poder, por ejemplo), y si en el trayecto destruye o lastima cosas (personas) es un mero efecto secundario poco o nada atendible para él. Su enorme grado de libertad interior le permite (y sus códigos propios lo justifican) emprender empresas donde el daño hacia los otros no está contemplado. El dañado permanece perplejo ante el daño psicopático dado que no puede comprender la naturaleza del daño en toda su magnitud, ni la motivación que llevó a tal acción: tan lejos está de la mente de un psicópata.
1) “No le interesa herir a la gente, humillarla; no siente nada. A él le da lo mismo navidad que cumpleaños, no demuestra nunca nada de sentimiento. Cuando quiere agradar a alguien finge. Por ejemplo se enteró que una Sra. tenía dinero de un negocio propio. Esta señora tiene un hijo con una lesión cerebral y debe de estar en silla de ruedas. Entonces, para poder estafar a la Sra., llevaba a pasear al hijo, y le compraba helados. La Sra. estaba asombrada porque alguien se había acercado a ella sin importar que tuviera un hijo minusválido. Pero él andaba queriendo algo con la Sra. Y el niño le llama a casa pidiendo que lo lleve a pasear, que estaba esperándolo. Y yo le decía cómo para gastar en ellos sí tenía y para aportar gastos aquí en la casa no… Y él me contestaba: “tranquila yo no quiero nada con la Sra. Sé que le puedo pedir dinero prestado para pagar mis tarjetas de crédito. Lo que tú no sabes es que invierto para después sacar más”. Como nunca logró nada, cuando la dejó de ver, le dijo “Que bueno que tienes un hijo así, Dios te castigó porque eres muy dura para soltar la lana”. |
El empático si puede utilizar esa empatía para dañar en profundidad al otro porque sabe qué va a sentir el otro por el efecto de su acción porque es un igual.
El psicópata causa daño como efecto colateral a su acción principal -su objetivo.
El empático sabe lo que está haciendo y lo que el otro está sintiendo.
El psicópata puede hacer algo dañino, torturar por ej., pero nunca va a poder aprehender lo que el otro siente, sabe que este punto es doloroso y ahí debe poner el torno, pero no sabe hasta qué punto el otro está sintiendo dolor. Es por esto que el psicópata no siente culpa por su acto, para él es un trabajo o está en su épica - y aquí el objetivo todo lo justifica-.
6) Hace poco falleció su tío, y como mi marido está interesado en los bienes y sobre todo por el auto, visita a su tía para ver cómo puede apropiarse de esos bienes. Se junto con sus otros hermanos, uno de los cuales es abogado y policía, y me contó que están haciendo todos los papeles ilegales para quedarse con las propiedades, sin importarle lo que le pase a la tía que es una persona mayor.
El empático, cuando hace una maldad, siente en parte lo que siente el otro -simbólica o fantasmáticamente-, y eso lleva a un displacer interno que es lo que se llama culpa, lo que hace le genera culpa, sabe que ha hecho algo que no está bien, que ha vulnerado un principio del bien común y pagará por ello con angustia o somatizando.
El empático es el verdadero dañino con conciencia de cómo cala su daño en el otro; es dañino con el otro y contra sí mismo (culpa). La maldad agota al empático.
En el psicópata el hecho dañino no tiene ningún costo afectivo, no hay un plus, por eso permanece tranquilo e imperturbable, y esto antes, durante y después de la acción psicopática.
Muchos empáticos generan en su fantasía actos dañinos hacia otros, pero no se animan a soportar el quantum de angustia que le generará la acción en la realidad -‘pecan con el pensamiento’-. Saben que van a causar daño pero el costo de ese daño inhibe la acción dañina; otro factor de inhibición es el costo ante la responsabilidad del daño infringido al otro, el cómo se va a ver perjudicado al ser descubierto por el daño causado -temor por las consecuencias-.
El psicópata al ser no empático con el otro no sufre con el otro ni por el otro. En ese sentido es apático. Es más, puede sentir “extrañeza” por la forma de reaccionar del otro frente a sus hechos psicopáticos: al no ser empático no puede medir la intensidad de las consecuencias negativas de sus acciones en el otro.
7) En determinado momento de la cena, el hermano comenta a J que su hija le dijo: “Estoy desorientada en mi vida, no sé qué hacer”. J le dijo a su hermano: “Es fácil, el hijo de X, que tiene la misma edad tampoco sabe qué hacer, así que por qué no te ves con X, juntan un capital, y que ellos empiecen un negocio”. El hermano insiste: “Pero no está diciendo eso, está diciendo que está desorientada en la vida. Y J contesta: “¡Claro, por eso!”.
El psicópata carece de la vivencia de empatía. Le está vedado comprender al otro. Sí puede “entenderlo”, conocer sus fisuras y, de esa manera manipularlo. El dolor del otro, físico o psíquico, lo entiende, y a veces, haciendo un análisis intelectual del fenómeno. El proceso de cosificación del otro (innato en él), lo aleja más aún de la posibilidad de la empatía: el otro es depreciado como persona, devenido en objeto de uso. En consecuencia, el psicópata usa a las personas como materia prima (cosas) para lograr sus objetivos. El psicópata avanza hacía su objetivo impulsado por sus necesidades especiales (lograr el poder, por ejemplo), y si en el trayecto destruye o lastima cosas (personas) es un mero efecto secundario poco o nada atendible para él. Su enorme grado de libertad interior le permite (y sus códigos propios lo justifican) emprender empresas donde el daño hacia los otros no está contemplado. El dañado permanece perplejo ante el daño psicopático dado que no puede comprender la naturaleza del daño en toda su magnitud, ni la motivación que llevó a tal acción: tan lejos está de la mente de un psicópata.
El empático, un normal o un neurótico, resuena emocionalmente con el otro, que es considerado una persona como él. En consecuencia es plenamente consciente de las vivencias que desencadena su accionar en el otro. Hace el daño y de alguna manera una parte de ese daño se le vuelve en contra como culpa (o sus manifestaciones psicosomáticas). Daña y se daña. Su libertad interior acotada por los principios morales comunes y sus inhibiciones intrínsecas, le impiden muchas veces llevar a la realidad su plan dañino hacia el otro. Pero cuando lo hace maneja preciosismos de daño anclados en la historia emocional del otro que él de alguna manera también conoce.
Por eso la contundencia del daño puede ser intensa y devastadora. El dañado, a su vez, puede entender la naturaleza del daño y las motivaciones del dañino. Por el mismo proceso de empatía, y la cercanía con la mente del empático.
*Imagen fotograma: "Persona"; Igmar Bergman
miércoles, septiembre 30, 2009
Trastornos de personalidad: la importancia del diagnóstico puntual
Breve resumen general sobre los TP.
De fuerte vinculación con la construcción de la identidad, si no es abordada a tiempo, esta patología de orden psíquico tiende a cronificarse, arraigándose cada vez más los patrones que la caracterizan y que en muchos casos pueden asociarse a la ansiedad y la depresión. "Un trastorno de personalidad es una patología muy compleja en varios sentidos. En primer lugar, afecta casi todos los órdenes de la vida del paciente. En segundo término, está vinculado con la identidad, es decir la 'columna vertebral' de los seres humanos; y en tercer lugar debido a que si no se realiza el tratamiento adecuado y no se diagnostica a tiempo, sus manifestaciones y características principales tienden a cronificarse o volverse permanentes e inalterables, pudiendo además estar acompañadas por manifestaciones de ansiedad y depresión", expresó el licenciado Eduardo Nicenboim, psicólogo, psicoterapeuta, miembro titular del Centro Asistencial (Fundación AIGLE) Las reacciones desmedidas, una característica de los trastornos de personalidad.
18 de Septiembre de 2009
La etiopatogenia de los trastornos de personalidad desde la psicoterapia integrativa
[11/4/2006]
Resumen
Supraparadigma integrativoEn el Congreso Anual de la A.A.B.T. realizado en Washington D.C. en 1983, Roberto Opazo propuso un Supraparadigma Integrativo para contribuir a comprender, explicar y predecir, la dinámica psicológica en general y sus derivaciones en el ámbito de la psicoterapia. Desde esa época, este Supraparadigma Integrativo (S.I.), viene guiando el accionar teórico y psicoterapéutico del Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa (I.C.P.S.I). El Supraparadigma Integrativo (11,12,13,14), aporta fundamentos epistemológicos, metodológicos y a nivel de los paradigmas causales, e intenta articular lo que son influencias etiológicas y fuerzas de cambio provenientes de los paradigmas biológico, cognitivo, afectivo, inconsciente, ambiental/conductual y sistémico. El Supraparadigma Integrativo fue propuesto muy tempranamente – en 1983 - y es el único que – hasta ahora -aporta una completa teoría integrativa a nivel de los diferentes paradigmas causales. Como eje integrativo el Supraparadigma ubica al sistema SELF de la persona. El sistema SELF expresa la coherencia y el equilibrio homeostático del sistema psicológico e integra los diferentes paradigmas, integrando a su vez en plenitud a la persona. El sistema SELF constituye una especie de procesador central de la experiencia humana. Para ello, desarrolla 5 funciones esenciales: función de identidad, de significación, de auto-organización, de búsqueda de sentido y de conducción existencial.En cada experiencia, el sistema SELF construye estímulos efectivos a partir de la “materia prima” que aporta la estimulación. En el Supraparadigma se habla de estímulos efectivos para referirse a los estímulos procesados, que son los que movilizan efectivamente la dinámica psicológica. En cada experiencia, entonces, el sistema SELF modifica los estímulos a través del procesamiento y es – a su vez - modificado por éstos a través de la experiencia.El Supraparadigma Integrativo se propone integrar todo conocimiento válido y rescatar toda fuerza de cambio aportativa; pero se propone a su vez ser muy selectivo, al incorporar solamente conocimientos y estrategias aportativas en términos de predicción y cambio. Distinguir el “trigo de la paja” pasa a ser crucial en medio de tanta propuesta, lo cual involucra dejar muchas de las propuestas existentes fuera. El conocimiento válido rescatado, a su vez, pasa a ser acumulado organizadamente en el marco del Supraparadigma.El Supraparadigma Integrativo (S.I.) integra lo nomotético y lo idiográfico, dado que los principios generales (nomotéticos) se organizan y configuran de un modo particular (idiográfico) en cada persona. Es preciso entonces, conocer los principios y las personas. Plantea, además, que la causalidad lineal simple (A - B) es difícil de encontrar en el complejo territorio psicológico; lo que podemos encontrar son principios de Influencia del tipo si A, entonces es más probable B (A - > Pr. B). La Figura 1 constituye un Diagrama del Supraparadigma Integrativo. Los 6 Paradigmas están interconectados a través de modalidades causales lineales y circulares y pasan a ser integrados a través del eje que aporta el sistema SELF. Este, a su vez, va “traduciendo” la experiencia transformando la estimulación externa e interna en estímulos efectivos. Las partes interconectadas configuran una totalidad lo cual genera una dinámica sistémica con su correspondiente punto de equilibrio homeostático. Así, el Supraparadigma privilegia las partes y el todo enriqueciendo sustancialmente las opciones predictivas.
Figura 1. Supraparadigma Integrativo
Sin afán “publicitario” alguno, podemos sostener que durante estos casi 25 años de existencia el Supraparadigma Integrativo ha sido capaz de contribuir a seleccionar el conocimiento, a guiar la investigación y a ordenar la acumulación del conocimiento, tanto en nuestro Instituto como más allá de sus fronteras. Y ha sido capaz también, de conducir la génesis de un enfoque de la psicoterapia, la cual hemos venido desarrollando en el contexto del Supraparadigma: la psicoterapia integrativa. Desde nuestra óptica y en función de nuestra propia experiencia, nos resulta legítimo el destacar que el Supraparadigma Integrativo ha venido aportando profundidad a la comprensión (a través de una teoría completa y no reduccionista), y potencia al cambio (a través del rescate y uso articulado de estrategias de cambio válidas, tanto específicas como inespecíficas) (10, 11, 12).A partir del Supraparadigma Integrativo, hemos delimitado conceptualmente la psicoterapia integrativa como “un proceso activo que se desarrolla en un contexto interpersonal. Este proceso es diseñado específica y deliberadamente como medio de influencia, la cual se ejerce a través de la génesis de experiencias novedosas en términos cognitivos, afectivos o conductuales, las que a su vez pueden ser correctivas y/o enriquecedoras. El propósito central de un proceso de psicoterapia integrativa es alcanzar objetivos acordados entre cliente y terapeuta. El proceso es conducido por un especialista quien fundamenta su accionar en un Supraparadigma Integrativo. La psicoterapia integrativa es nutrida por influencias etiológicas y por fuerzas de cambio específicas provenientes de los paradigmas biológico, cognitivo, afectivo, inconsciente, ambiental/conductual y sistémico. Estas influencias han contribuido a la explicación de la génesis de los desajustes psicológicos y a la predicción y al cambio en psicoterapia”. (13). Por supuesto, las 5 funciones del sistema SELF tienen un rol fundamental en la génesis, predicción y cambio de los desajustes psicológicos.
Aproximaciones a la etiopatogenia de los trastornos de personalidadEl término “etio - pato – genia” nos remite al proceso de gestación de la patología. Dar cuenta de este proceso es una tarea sumamente difícil en la psicopatología general y muy especialmente en el ámbito de los Trastornos de Personalidad. Es así como, al revisar los hallazgos de investigación y los desarrollos teóricos en torno a los trastornos de personalidad, estamos de acuerdo con Theodore Millon cuando señala que “en el estado actual de la psicopatología clínica… no se han desentrañado las complejas e interrelacionadas redes causales que subyacen a los trastornos de personalidad” (15, p. 141).Tal estado de cosas es comprensible si consideramos los deficientes datos empíricos y las divergencias teóricas en torno al concepto mismo de personalidad, al desarrollo de la personalidad, a la relación personalidad-psicopatología y al proceso de gestación de los trastornos de personalidad propiamente tales.Se ha señalado que la personalidad estaría determinada por la conjunción de factores temperamentales y caractereológicos. En los primeros, el foco está puesto en lo biológico, genético y constitucional; en los segundos, se destaca la injerencia del ambiente y de las experiencias de relación temprana con los padres, la familia y luego la sociedad. Todo esto lleva a la formación de una estructura relativamente estable. La mayor parte de los individuos muestra una combinación de múltiples rasgos temperamentales y de carácter que originan una personalidad balanceada (16).Desde la antigüedad, se reconocen diferentes aproximaciones en torno a los diferentes modos de ser y de comportarse de los seres humanos. Así, Hipócrates y Galeno desarrollan la teoría Humoral. Posteriormente en el siglo XIX, la Frenología relacionó esas formaciones craneales en 37 rasgos individuales. Por su parte en el siglo XX se plantearon relaciones entre la arquitectura corporal y el carácter. En esa línea Sheldon propone la correlación entre el predominio de las capas embrionarias durante el desarrollo y los caracteres viscerotónico, cerebrotónico y somatotónico (17).Desde la perspectiva psicodinámica, la personalidad se relaciona con la organización que determina los modos de relación de una persona con su ambiente y las experiencias subjetivas concomitantes; contiene los modos habituales de armonizar las necesidades internas provenientes del ello, con las exigencias del mundo externo, por lo que tiene una función adaptativa. Freud sugirió que los rasgos de personalidad estaban relacionados con la fijación en una de las fases del desarrollo psicosexual, transformándose en formas permanentes de conducta con la ayuda de la represión y de otros mecanismos de defensa. De este modo conflictos inconscientes mantenidos en el tiempo, serían los responsables etiológicos de los Trastornos de Personalidad.Posteriormente Reich, enfatizó los estilos defensivos característicos que usan las personas, con el fin de protegerse de sus impulsos internos y de la ansiedad que producen las relaciones interpersonales; utilizó el término coraza del carácter para describirlos (17).En el ámbito descriptivo, el enfoque psicodinámico coincide con la apreciación clínica predominante entre los clínicos, en el sentido que las personas con trastornos de personalidad se caracterizarían por la forma rígida y repetitiva de reaccionar con las mismas defensas, conductas y sentimientos frente a muy diversas situaciones, demostrando así una muy limitada capacidad de adaptación (18).La postura conductual y ambientalista radical (19), no concibe la existencia de rasgos y, por ende, no acepta el concepto de personalidad. Para Skinner, por ejemplo, explicar la conducta a partir de “rasgos de personalidad” pasaría a ser tautológico: “Agrede porque es agresivo y es agresivo porque agrede”(19). Autores como Mischel y Bandura descalifican el uso de los “rasgos de personalidad” sobre la base de que no resultan predictivos en relación a la conducta (20, 21).Los autores cognitivo/conductuales sí conciben una cierta regularidad conductual, basada en elementos internos más estructurales. Por ejemplo el mismo Bandura, al referirse a la cognición, ha señalado que “existe amplia evidencia de que la conducta abierta a menudo esta gobernada por estimulación auto-generada, que es relativamente independiente de sucesos estímulos ambientales”(21 p.39). Desde la perspectiva cognitivo/conductual se postula que estilos habituales en ámbitos cognitivos y afectivos (estructuras cognitivo-afectivas, esquemas cognitivos subyacentes), podrían ser considerados como “causas” de conductas que tienden a repetirse (variables mediacionales que serían las responsables de patrones y tendencias conductuales). La interacción biología-experiencia de vida, iría generando estructuras cognitivas y afectivas, las cuales a su vez pueden ser más o menos adaptativas. Los trastornos de personalidad serían derivados de factores biológicos y de experiencias de vida, que van generando rasgos cognitivos y afectivos neuróticos, los que a su vez causan rasgos conductuales neuróticos (22).
Desde la perspectiva constructivista post-racionalista, la esfera de la personalidad se relacionaría con la experiencia interior (“yo”) y la apariencia exterior (“mi”). Estas dimensiones de la personalidad se complementan con los distintos tipos de “organización de significado personal”, las que serían responsables de los patrones de comportamiento más característicos de las personas. El enfoque enfatiza el rol del attachment o apego en el ámbito etiológico; el estilo de apego temprano determinaría la organización de significado personal predominante a través de la vida. Así, un estilo de apego “bifronte”, ambivalente entre el rechazo y la devoción hacia el niño, sería característico de la organización de significado personal obsesivo-compulsiva (23).En el enfoque humanista experiencial, la persona sería poseedora de una tendencia hacia la autorrealización (24) y de una sabiduría organísmica (25). Si estas tendencias son bloqueadas, obstaculizadas o desconocidas, originarían trastorno, neurosis o patología (26).Desde una aproximación evolutiva, se ha resaltado la relación con los pares como un regulador de rasgos de personalidad y conducta. Esta regulación sería más fuerte que la influencia de los padres (27).Desde otra mirada, en el último tiempo se ha venido enfatizando cada vez más la importancia de las bases y determinantes biológicos de la personalidad. A los ya conocidos desarrollos e investigaciones sobre rasgos, como neuroticismo, introversión/extroversión (28) y timidez (29), se suman planteamientos en relación al rol prioritario de los genes y de otros factores biológicos en la determinación de la personalidad individual (30). En el estudio Minnesota 350 pares gemelos idénticos criados juntos y separados, Coleman (1986) concluye que “para la mayoría de los rasgos medidos, más de la mitad de varianza se explicaba por la herencia dejando menos de la mitad determinado por la influencia de los padres, ambiente en la casa y otras experiencias de vida” (31, p. 54). En la misma línea, estudios más recientes arrojan una influencia genética de un 46% para los rasgos de apertura, amabilidad, escrupulosidad, neuroticismo y extroversión; y solo un 7% de influencia del ambiente compartido por los gemelos (32). De este modo, los genetistas del grupo Minnesota afirman que los genes actúan de manera independiente del ambiente (siempre y cuando el ambiente se mantenga dentro de rasgos normales); proponen por tanto que lo que llamamos personalidad es en grado importante una cuestión de química cerebral (33).Frente a la interrogante sobre la relación entre personalidad y psicopatología, pareciera ser que éstas se influencian mutuamente en cuanto a su aparición, manifestación y desarrollo; conjuntamente con compartir una etiología común. (34). Es así como los desórdenes mentales se presentarían dentro del contexto de una estructura de personalidad pre-morbida, que frecuentemente tendrá un significativo efecto en la presentación y curso del trastorno específico (34, 35).Documentar empíricamente la contribución de la personalidad al desarrollo de la psicopatología, ha sido difícil por decir lo menos; este aporte de la personalidad al desarrollo de la psicopatología no es certero ni específico. Son muy pocos los trastornos del DSM que presentan una etiología específica.El desarrollo de la psicopatología, en la mayoría de los casos, pareciera ser interactivo y multifactorial a lo largo del tiempo. Interesante resulta en este punto la fuerte co-morbilidad existente entre los trastornos de personalidad y otras problemáticas clínicas. Los distintos trastornos de personalidad presentan una elevada frecuencia de co-morbilidad con trastornos característicos del eje I de la clasificación de los DSM, planteándose dos hipótesis para explicar estos hallazgos. La primera de ellas corresponde al “modelo de la vulnerabilidad”, el cual sostiene que un trastorno de personalidad emergería de (a la vez que configura) un estado de mayor vulnerabilidad, que predispone a estos pacientes a experimentar con mayor frecuencia y en mayor intensidad los distintos trastornos del eje I. Adicionalmente, la presencia de patrones inflexibles y desadaptativos en las distintas áreas, predispondría a estos sujetos a enfrentar el rechazo en quienes les rodean, y a construir escenarios interpersonales que gatillan la emergencia de otros trastornos del eje II (36).La segunda hipótesis corresponde al “modelo de la complicación” (5), el cual aborda el tema desde el ángulo contrario, y sostiene que la presencia temprana, intensa y recurrente de trastornos del eje I, genera una predisposición y/o efecto residual que configura la presencia co-mórbida de trastornos del eje II (36). Actualmente existe evidencia epidemiológica para sostener ambas hipótesis, aunque la ausencia de diseños experimentales impide discernir respecto de la dirección de esta relación causal a favor de una u otra (1).Así, por ejemplo, Johnson el al (1996), a partir de un estudio longitudinal de 3 años, señalan: “Las personas con trastornos de personalidad presentan un riesgo asociado de experimentar futuros trastornos en el eje I, sin importar si hayan o no tenido trastornos previos en el eje I” (37, p.359).En la misma línea, Pervin y John (1999) (37), apoyándose en investigaciones de Torgensen, señalan que la existencia de un trastorno de personalidad limítrofe es un mejor predictor de la depresión futura que la depresión misma. Estos datos concuerdan con lo reportado por Trull et al (1997), a partir de un estudio con 1700 universitarios, en el sentido que los sujetos con rasgos de personalidad límite presentaban mayor incidencia de disfunciones tales como disforia, abuso de sustancias y fracasos académicos (37).
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jueves, julio 23, 2009
El estrés paterno incrementa la susceptibilidad infantil al asma.
FUENTE: PNAS ON LINE. 2009 JUL
[noticias] [22/7/2009]
Resumen [texto completo en inglés] [traducir]
Investigadores afirman que ciertos rasgos de personalidad contribuyen a potenciar el efecto placebo.
FUENTE: AMAZINGS.COM. 2009 JUN
[noticias] [11/6/2009]
Resumen
Según la OMS, en 2020, la depresión mayor será la segunda causa de discapacidad.
FUENTE: DIARIO MÉDICO. 2009 JUL
[noticias] [14/7/2009]
Víctor Pérez Sola, director de Unidad del Servicio de Psiquiatría del Hospital San Pablo, de Barcelona, y miembro de la Alianza Europea contra la Depresión, denuncia infradiagnóstico e infratratamiento en la depresión. Hasta un 15 por ciento de pacientes con trastorno depresivo se suicidan. La depresión mayor es una enfermedad mental grave que afecta a unos 6 millones de españoles, con una incidencia en aumento. Se caracteriza por alteraciones anímicas, conductuales y somáticas; es a menudo recurrente, se cronifica en un 25 por ciento de los casos y puede presentarse a cualquier edad, causando una gran discapacidad a los enfermos que la padecen. Una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres sufrirán un cuadro de depresión mayor a lo largo de su vida. "Los trastornos depresivos están caracterizados por un curso recurrente e incluso crónico", subraya el experto. "La depresión implica un sufrimiento importante que disminuye enormemente la calidad de vida del individuo, llegando a suponer un riesgo de muerte”. Más del 90 por ciento de los suicidios se producen en el contexto de una enfermedad psiquiátrica, y la depresión una de las más significativas. En la Unión Europea se suicidan más de 45.000 personas al año; cada hora lo hacen unos cinco individuos, y se calcula que el número de intentos de suicidio podría ser hasta ocho veces mayor. En la mayoría de los países "el riesgo de suicidio es mayor entre los hombres adultos, y los intentos de suicidio, entre las mujeres jóvenes. Un estudio mostró que el 40 por ciento de los individuos que mueren por suicidio habían visitado a un médico las semanas anteriores al acto suicida. Esto significa la necesidad de llevar a cabo más intervenciones en el ámbito de la atención primaria". Hoy en día, a pesar de disponer de tratamientos efectivos (antidepresivos y psicoterapia), "sólo un 10 por ciento de los pacientes con depresión reciben tratamiento farmacológico o psicoterapéutico adecuado". Las razones de estos infradiagnósticos e infratratamientos varían desde el déficit en atención primaria (por ejemplo, la formación específica en salud mental) hasta los prejuicios respecto a la depresión por parte de la población ("la depresión no es una verdadera enfermedad, se debe a un fracaso personal") y del paciente depresivo en particular ("me falta energía para buscar ayuda, tengo sentimientos de desesperanza"). Se estima que sólo la mitad de los pacientes con depresión mayor son detectados y diagnosticados correctamente; y de éstos no todos reciben un tratamiento adecuado". Las propuestas realizadas por la Alianza Europea contra la Depresión son; la cooperación con los médicos de familia, las campañas informativas, la cooperación con los centros sociales de la comunidad, y los servicios para personas afectadas y para sus familiares. En cuanto a la cooperación con los médicos de familia, Víctor Pérez matiza que "los médicos de familia tienen la opción de participar en sesiones de formación. Se les facilita material informativo específico sobre la depresión dirigido a los pacientes y se les ofrece la opción de consultar a un especialista con relación al tratamiento de casos particulares de depresión que tengan en la consulta". La campaña informativa, va dirigida a la población en general. Los ciudadanos reciben los consejos mediante pósters, anuncios de televisión, folletos informativos, comunicaciones de prensa y una página de internet (http://www.eaad.net)./ Otros grupos sociales de la comunidad, como agrupaciones culturales, maestros o profesionales de la geriatría, reciben información sobre depresión mediante charlas y conferencias. Para los pacientes de alto riesgo se crearán grupos de autoayuda especialmente para pacientes con antecedentes de intentos de suicidio.
lunes, enero 12, 2009
A examen la terapia de estimulación magnética para tratar la depresión.
[12/1/2009]
Resumen
BIENVENIDOS DE NUEVO
Ante todo, darles nuevamente la bienvenida a todos nuestros lectores a su Blog de Teorías de la Personalidad. Por motivos relacionados con ...
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La psicopatía se caracteriza por presentar los siguientes parámetros de personalidad: encanto superficial, una gran inteligencia, juicio...
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Artículo adaptado de Richard P. Kluft en Psychiatric Times Enero 2011 Pocos temas en la psiquiatría provocan reacciones más profundas...